La Pasión.
Se esconde
en lo más profundo de nosotros
mismos
Finge
estar dormida
Espera su
momento
Y de golpe
y porrazo, cuando ya no nos lo
esperamos
Se
despierta
Abre las
mandíbulas
Y ya no
nos suelta.
La pasión
nos arrastra, nos empuja
Y acaba
por imponernos su ley
Y nosotros
la obedecemos.
¿Qué otra
cosa podemos hacer?